Alimentos Que Un Bebé No Debe Consumir Antes Del Año

Los alimentos sólidos harán parte de la dieta del niño, sus necesidades nutricionales se amplían, sin dejar de lado la leche materna que seguirá acompañando su alimentación diaria, porque aún posee nutrientes necesarios para su desarrollo en esta etapa.

A partir del año, los niños pueden comer prácticamente de todo: carne, pescado, verduras, fruta. Sin embargo, hay algunos alimentos que no deben consumir los bebés, y que se deben evitar, unos por que son difíciles de comer o de digerir, y otros porque el sistema digestivo del bebé, aún inmaduro, no los va a admitir bien. Muchos de estos alimentos que no deben consumir los bebés menores de 12 meses, en caso de que el niño los tomara, le podrían causar dolor de estómago, gases, malestar o simplemente en las deposiciones se eliminarían, prácticamente sin digerir y podrían desarrollar alergias futuras.

Antes del primer año, el bebé manifestará que está preparado para los alimentos sólidos cuando se pueda sentar, así sea con apoyo. También cuando tenga control de su cabeza y cuello sosteniéndolos para no ahogarse con la comida, si mueve la boca cuando ve comer a otros y muestra interés queriendo alcanzar lo que alguien más está comiendo.

Los primeros alimentos deben ser suaves y blandos y evitar que contengan ciertos componentes que su cuerpo no puede asimilar fácilmente.

Alimentos que se deben evitar:

Sal. Un bebé no necesita prácticamente sal en sus comidas, ya que su paladar no está acostumbrado a ella. Demasiada sal podría sobrecargar sus riñones.

Azúcar. No es bueno ofrecer al bebé alimentos muy azucarados, que en realidad no necesita y no le benefician. La leche y los zumos, ya llevan azúcar de manera natural y no hay que añadirle más. Un exceso de azúcar en la dieta infantil es un factor de riesgo para padecer obesidad, caries y diabetes. Los azúcares refinados aportan mucha energía de golpe, con lo que la insulina sufre bruscas caídas que son poco saludables.

Miel. La miel no es recomendable para bebés de menos de un año. Puede ser irritante para su estómago. Además la miel puede contener esporas de clostridium botulinum, una bacteria que provoca botulismo. Como su intestino es aún inmaduro, el bebé no puede combatir esta bacteria, de la forma que se hace cuando ya es un poco mayor.

Leche y productos lácteos. Hasta el primer año, el bebé necesita leche materna o leche de fórmula de continuación. La leche de vaca o de cabra no contiene los nutrientes que el bebé necesita, durante su primer año de vida. Además, las grasas y las proteínas que contiene la leche de vaca pueden ser perjudiciales para su estómago, ya que son más difíciles de digerir y absorber.

Huevos. Antes del primer año de edad, el huevo puede provocar reacciones alérgicas. Se empezará con la yema y, a partir del año, se añadirá la clara.

Legumbres. Aumentan el peristaltismo, lo cual puede favorecer la diarrea en el bebé. Como las espinacas, las acelgas y la remolacha son ricas en nitratos que el inmaduro estómago del niño menor de 12 meses puede convertir en nitritos. A partir de los 10 meses, se puede ofrecer legumbres al bebé, sólo en cantidades moderadas y en forma de puré.

Marisco. Puede producir reacciones alérgicas que se manifiestan con vómitos, diarrea o manchas en la piel.

Golosinas. Las golosinas contienen muchas calorías que no aportan nutrientes. Están hechas de goma, azúcar y mucílagos y una serie de colorantes que pueden resultar perjudiciales para la salud. De tomarlas, solo ha de ser de forma muy esporádica pero nunca a diario.

Frutas rojas. Fresas, frambuesas y arándanos son frutas que, en algunos casos, pueden favorecer las reacciones alérgicas. Lo mismo para las frutas cítricas, pueden provocar alergias, además son muy ácidas para el estómago inmaduro del bebé.

Alimentos muy grasosos, embutidos o la comida de mar pueden generar problemas en los niños y desarrollar futuras alergias como los frijoles, chocolate, mermelada, cebolla, ajíes, jugos con preservativos y refrescos.

Frutos secos. Las nueces, almendras, cacahuetes y otros frutos secos no se recomiendan antes de cumplir el primer año de edad por posibles reacciones alérgicas. Si en el bebé hay historial de familia con alergia a los frutos secos, entonces hay que esperar hasta los 2 años de edad.

Alimentos que pueden atragantar al bebé, como uvas, cerezas, caramelos, palomitas, aceitunas y nueces, hay que evitarlos.

Pan industrial. Es un recurso fácil y barato, pero el pan industrial es un almacén de grasas trans, muy perjudiciales para la salud. Es mejor la repostería casera y si no, se deben elegir las variedades con ingredientes más naturales y menos procesados.

Bebidas de cola. La cafeína puede alterar el sueño de los más pequeños, provocar irritabilidad e inducir a la obesidad. Una lata de refresco de cola puede contener hasta 95 mg de cafeína, por lo que nunca debe ofrecerse a un niño.

Como siempre, la paciencia, la observación y el sentido común son muy importantes a la hora de programar la alimentación del bebé. No sólo hay que vigilar qué come el niño sino, muy importante, cuánto come. Hay que tener en cuenta la capacidad de su estómago y ofrecerle preparaciones que den prioridad a la calidad y a la variedad, frente a la cantidad.

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